Sunday, April 24, 2011

La contundente máquina de muerte.
















Censurada -con claras intenciones de ser eliminada de los registros públicos oficiales y alejada de los medios de difusión masiva convencionales-,  debido a la "obsesiva y peligrosa presión ejercida por sus integrantes a través de música de protesta y acciones ilegales moralmente reprobables en contra de nuestro progresista y apacible sistema social, basado en la buena fe de nuestra gente", (según palabras de Ryan Cornell, vocero del Departamento de Censura del Estado, solicitado por el pastor Tom Hersch de la Comunidad Cristiana local), la banda HPD (Las Hijas Putas de Dios) se establece como el proyecto binacional de música / ruido conceptual de estudio más incisivo, hiriente y ascéptico del mundo; dejando de lado los temas lúdicos e irrelevantes para otro tipo de bandas. Integrada por el binomio García MEX/ Bostrom EE.UU., aparece en la escena subterránea como un ácido que diluye los sentidos y corroe las bases ideológicas de quien lo recibe a través de sus oídos. Una oscura y espesa dosis de veneno convertido en audio, que no deja de ser incómodo por su contexto y que sus creadores simplemente definen como "ruido existencial" o "música de protesta", aunque en realidad se trata de un profundo ataque frontal de índole crítico e intelectual -en audio- contra el sistema establecido y la descripción detallada de los procesos que transforman a la gente cuando se enferma de poder y se degrada a lo largo de su vida rindiéndose ante las tentaciones y debilidades de su entorno sociaeconómico -único fin de muchos-,y las consecuencias a las que se enfrentan. La aparición de HPD o Las Hijas Putas de Dios -para ser explícitos-, en el mundo, se da en un momento violento y sumamente hostil, además de impredecible para sus respectivos países, que desde un principio han servido como materia de experimentación para la elaboración de su sórdido concepto sonoro y de sus afiladas letras que se empeñan en marcar negativamente a los seres humanos como los únicos culpables (por su responsabilidad y posición) de todos los males evitables en la naturaleza, resaltando sobretodo la ignorancia, la conveniencia, la maldad y la indiferencia, como la insensible e inalterable fórmula con que se mueven los gobiernos y la gente de poder -lícito e ilícito-, y cómo repercute en el resto de la población. Tal como lo esperaban sus integrantes desde el inicio de su formación, la banda no quedó excenta de ser atacada por los cuestionables dardos burocráticos de la censura debido a lo controversial de su nombre y concepto. A pesar de ser un simple proyecto de música, Las Hijas Putas de Dios tuvo la mala fortuna de ser exageradamente señalada como "una organización o grupo peligroso de civiles bajo clara sospecha, manifestando una explícita inconformidad contra el gobierno y la iglesia a través de música de protesta y distribución de propaganda". Descripción que quedó acentada en los registros del obsoleto y cerrado Departamento de Policía de Livonia, Michigan enviada por la oficina de clasificación y observación de manifestantes que pudieran incurrir en delitos de menores a graves, respaldado por la opinión del mismo R. Cornell del Departamento de Censura, basándose en los antecedentes penales por los cuales  fue señalado como reincidente -específicamente- Craig Bostrom, ciudadano norteamericano cuyo negro historial -de enfrentamiento-, como quedó acentado, no le permitía manifestar públicamente sus inconformidades debido a su constante participación en movimientos contra el gobierno local y su última detención por delitos contra la salud (uso ilegal de cannabis) y daño físico a un agente policial del condado. Fuera de toda opinión parcial existe un hermetismo enorme en cómo se lleva a cabo ésta absurda clasificación y quién toma las decisiones legales para prohibir o permitir la libre distribución de imagen y propuesta de una banda. ¿Acaso no son sólo eso? Ahora el turno le llegó a estas mal portadas "Hijitas Putas de Dios" o mejor HPD como prefieren llamarse para tratar de estar lejos de la censura de tipo legal y mantener un perfil bajo para poder seguir con vida aunque por fuera de los lineamientos y sin el consentimiento del ambivalente, (por mojigato y pervertido) Estado norteamericano.   Info: Susie Davino. (Traducido al castellano del texto original en inglés)
 


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